viernes, 31 de diciembre de 2010

queda mal en la lucha el pensar si hacer el bien o el mal. Siempre gana el conformismo, la inconsecuencia y sobre todo gana la ignorancia. Sin saber, ese hombre quiere luchar, reclamar, revivir y entender las cosas que pasan a su alrededor, los misterios, las luchas, las luces, la televisión. Ciudades asquerosamente fatigadoras, ciudad impersonal, gente apática e individualista y en eso al mirar y pensar que los matices las hacen las cosas, objetos inertes que le das más importancia que una vida misma... llega el amor, el odio y el perdón. Lamentablementa no llegan juntas, aparecen según como estemos. Decimos ser capaces, pero sólo estamos aptos de rasgar y apuntar. Tan simple que se te volvió la vida y con sólo dos palabras puedes caer; Quién eres? qué hago aquí? qué...
arranca, corre, crea... y pensar que estas palabras es un mártir de la sabiduría, de personas que creen en la vida, que piensan, que creen…
Piso la tierra
y veo a mi hermano.
Piso a la tierra
y le estrecho mi mano.
Sin importar su nombre
su ciencia, cultura y menos religión.
Somos un número múltiple
y reemplazable.
Por eso hay que luchar,
es la razón a la
que tenemos que apelar...
Sigue creyendo
en la palabra paz,
abre los ojos,
grita!
llora!
no seas tonto
y estrecha tu mano al cielo
y gritemos libertad

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