Las hojas que somos y
olemos con el viento.
Reírse junto al árbol
entre tantos que hay, y sólo digo:
No te dejaré…
Arrancarte, para verte bailar.
Tanto así que,
envestiré mi destino.
apagaré a los dioses,
mataré al otoño, sólo para
oirte una vez más… aunque nunca más suela pasar.
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